El preparador norteamericano tiene una gran reputación en todos los terrenos que puede recorrer un vehículo terrestre y una de sus creaciones más aclamadas es el Hennessey VelociRaptor 600 recientemente concluyó su serie de pruebas “Ice & Fire”, una de las más exigentes realizadas por una firma automotriz.
Las pruebas de resistencia “Ice & Fire” incluye una serie de retos a temperaturas por encima de los 104 grados Farenheit, y para el VelociRaptor 600 este reto lo llevó al desierto de Arizona, concretamente al área de Glamis Sand Dunes, una región que se extiende por unos más de 30 millas, con dunas de arena de más de 90 metros de alto con pendientes sumamente empinadas.
Al llegar al inhóspito territorio desértico, la Hennessey VelociRaptor 600 se enfrentó a las enormes dunas con sus 672 lb-pie de torque directo a las cuatro ruedas y realizando atrevidos saltos a través de la arena, para después transportarse a una nueva región de clima gélido, donde los retos de fiabilidad y resistencia se mantuvieron activos para la VelociRaptor 600 y la Mammoth 1000 TRX, donde ambos modelos se enfrentaron a escarpados terrenos montañosos con temperaturas por debajo de los 53 grados Farenheit.
Las pruebas de laboratorio de estos dos todoterrenos fueron ampliamente satisfactorias, lo que orilló a la firma norteamericana a salir a probar los modelos en la vida real, de la mano del director de I+D de Hennessey, Jason Haynes, quien somete a cada línea de modelos a exhaustivas pruebas para garantizar que todas las actualizaciones de sus modelos conserven la usabilidad y los modos de conducción del fabricante.
Tras concluir las pruebas en entornos reales, finalmente Hennessey trasladó al VelociRaptor al campo de pruebas de Pennzoil, ubicado en la base de operaciones de Hennessey, donde se realizaron una serie de test de calidad en un entorno de manejo detallado por los ingenieros de la marca para destacar los aspectos más importantes del modelo y asegurar completamente su fiabilidad.